Pintores unidos por el líquido. Así ocurre en la exposición colectiva La forma del agua, de la brasileño-americana Zoanna Daluz y cinco artistas peruanos: Zenaida Cajahuaringa, José Gómez, Patricia Orbegoso, Francisco Guerra García y Juan Carlos Zeballos.
Sus imágenes están en técnicas y soportes varios. Del color intenso en Guerra García al blanco y negro que juega con las sombras de Daluz, pasando por los tonos medios que trabajan con varias texturas de Orbegoso.
La unidad de la muestra está en su origen: los creadores recibieron el encargo de plasmar en imágenes las palabras del libro del mismo nombre escrito por el argentino Claudio Archubi, que fue presentado el jueves en la galería por el autor, acompañado de Luis Chueca y Teresa Orbegoso.
El proyecto de La forma del agua trabaja de manera interdisciplinaria. Los cuadros expuestos tienen un ambiente de misterio en sus tramas y representaciones, algunos de ellos cubiertos por una bruma. Y esto es, quizá, por el estilo narrativo de Archubi que buscaron imitar.
El autor argentino, físico nuclear, presenta historias en las que una imagen aparece a lo largo de la historia y va adquiriendo una extrañeza mayor.
Cada vez que se repite nos hace sospechar que hay algo más que está debajo de ella misma. Una especie de sombra de algo que no se manifiesta, algo escondido, ecos de una realidad oculta a la que Archubi quiere acercarse y con ello acercarnos.
En los cuentos aparece siempre una imagen, que va aumentando tanto su intensidad por concentración de lo que ella es que irradia sobre el lector su potencia.
Así, en el cuento El vaso la imagen es el mismo vaso. En La imagen es el lago aparentemente quieto. A su vez, en La última etapa o el oficio de pintar es el viejo que pinta la reja sin parar y en Las figuras y las cajas es la lámpara que enceguece.